El segundo trimestre de 2025 ha evidenciado con claridad que el mercado del transporte aéreo internacional se encuentra en una etapa de transición profunda. Lejos de alcanzar una nueva estabilidad postpandemia, el entorno global continúa marcado por la volatilidad, la incertidumbre regulatoria y la reconfiguración de los patrones comerciales. Las decisiones de política económica, particularmente por parte de Estados Unidos, han tenido efectos inmediatos sobre los flujos logísticos, obligando a las empresas del sector a adoptar estrategias cada vez más tácticas y menos estructurales.
En este contexto, el papel de Estados Unidos como disruptor central cobra especial relevancia. Su reciente decisión de eliminar la exención arancelaria “de minimis” el pasado 2 de mayo provocó una caída abrupta en la demanda de carga aérea desde China, seguida de una recuperación del 19% en la última semana de mayo, una vez firmado un acuerdo bilateral. Este tipo de eventos reflejan el grado de sensibilidad del mercado a los cambios regulatorios y la velocidad con la que las dinámicas de oferta y demanda pueden invertirse.
Desde una perspectiva técnica, uno de los indicadores clave para entender el comportamiento del mercado son las tarifas de transporte en las rutas de headhaul y backhaul. El término headhaul hace referencia a la ruta primaria y generalmente más lucrativa de un trayecto logístico —por ejemplo, Asia a América del Norte o Europa— donde la demanda de transporte es más intensa. En cambio, el backhaul representa el trayecto de retorno, que históricamente ha tenido menor ocupación y tarifas más bajas, por lo que suele ser más difícil de rentabilizar para los operadores.
Durante el segundo trimestre de 2025, ambas tarifas mostraron una leve disminución mensual: el headhaul bajó un 5,9% en mayo (de $2,87/kg en abril a $2,70/kg), mientras que el backhaul cayó un 4,1% (de $2,37/kg a $2,28/kg). No obstante, si se observa una comparación interanual, las tarifas se mantienen muy por encima de los niveles de 2024: el headhaul ha subido un 44,4% respecto al segundo trimestre del año anterior, y el backhaul ha crecido un 10,1%. Este contraste revela un comportamiento dual del mercado: debilitamiento coyuntural, pero crecimiento acumulado frente a un punto de partida históricamente bajo.
Sin embargo, en términos históricos más amplios, las tarifas actuales siguen muy por debajo de los picos alcanzados durante la pandemia. La tarifa promedio de headhaul en mayo de 2025 representa apenas el 26,1% del récord de diciembre de 2021 ($10,32/kg), mientras que el backhaul se encuentra en el 46,9% de su máximo de marzo de 2022 ($4,85/kg). Esta reducción refleja una “normalización” parcial del mercado, pero también un entorno aún muy lejos de los niveles de rentabilidad extraordinaria que se vivieron en 2021–2022.
La segmentación geográfica del mercado revela tendencias diferenciadas. Mientras las rutas desde el Sudeste Asiático hacia EE.UU. muestran un crecimiento sostenido —impulsado por el vencimiento inminente de acuerdos arancelarios recíprocos—, otras rutas como China–Europa presentan mayor inestabilidad. A mediados de mayo, por ejemplo, los volúmenes desde China continental a Europa crecieron un 11% respecto a la semana anterior, pero las tarifas bajaron un 5% a $3,71/kg. Desde Hong Kong, el volumen subió un 9% y las tarifas aumentaron un 2% a $4,39/kg. Este tipo de fluctuaciones regionales sugiere que el equilibrio entre oferta y demanda es extremadamente sensible a condiciones locales y a factores exógenos como la capacidad disponible o las decisiones políticas.
En cuanto al panorama operativo, la oferta sigue siendo un factor de fricción. Persisten los retrasos en la entrega de aeronaves, y la alta dependencia del espacio de bodega en vuelos comerciales limita la capacidad de respuesta ante picos de demanda. Además, los desequilibrios estructurales —por ejemplo, más carga en sentido este-oeste que en el retorno— siguen complicando la planificación. A ello se suman los desafíos de asignar capacidad de manera eficiente entre rutas prioritarias, especialmente cuando la rentabilidad está bajo presión.
Finalmente, las previsiones para el segundo semestre de 2025 no ofrecen un respiro significativo. Según la IATA, se proyecta una caída del 5,2% en los rendimientos del transporte aéreo para el conjunto del año, una desaceleración pronunciada frente al crecimiento del 11,3% registrado en 2024. La causa principal es el resurgimiento de políticas comerciales proteccionistas y la creciente fragmentación de los mercados.
En síntesis, lo que está en juego no es simplemente la evolución de precios o volúmenes, sino la transformación de los fundamentos del transporte aéreo global. El mercado ya no se define por su capacidad de expansión lineal, sino por su necesidad de adaptación continua. En un entorno caracterizado por la incertidumbre normativa, el desajuste operativo y la presión sobre márgenes, la agilidad estratégica y la capacidad táctica de reacción son los verdaderos diferenciadores competitivos para los actores logísticos. Quien no sepa adaptarse con rapidez, difícilmente encontrará estabilidad en el nuevo orden del transporte aéreo global.
Fuente: Ti Insight
Autor: Manuel Felipe Agudelo. Especialista en transporte Internacional de Mercancías